Todo autónomo o empresa desarrolla su actividad en base a las relaciones comerciales. En este punto, la figura del contrato mercantil resulta ser un documento esencial para garantizar la seguridad jurídica en dichas relaciones. A lo largo de este artículo te contamos los puntos fundamentales que debes conocer sobre el contrato mercantil, lo que te dará tranquilidad y seguridad desde el punto de vista legal.
¿Qué es un contrato mercantil?
El contrato mercantil es un tipo de contrato que se celebra en el ámbito del derecho mercantil y regula las relaciones comerciales entre empresas, profesionales y comerciantes. Estos contratos son esenciales en el comercio y las actividades empresariales, ya que permiten formalizar acuerdos que facilitan la circulación de bienes y servicios, garantizando derechos y obligaciones para las partes implicadas.
Es un acuerdo entre dos o más partes en el que se establecen derechos y obligaciones relacionados con actos de comercio o actividades empresariales. El objetivo principal es obtener un beneficio económico a través de la realización de actividades comerciales, industriales o de prestación de servicios.
Características principales del contrato mercantil
Entre las principales características, encontramos las siguientes:
1. Carácter Comercial.
Los contratos mercantiles se celebran en el ámbito del comercio o las actividades empresariales, y su finalidad principal es la obtención de un beneficio económico. Están vinculados a actos de comercio, como la compraventa de bienes, prestación de servicios, distribución, transporte, entre otros.
2. Normativa Aplicable
Los contratos mercantiles están regulados por el Código de Comercio de España y, en su defecto, por el Código Civil. Además, dependiendo del tipo de contrato, pueden estar sujetos a leyes especiales (por ejemplo, la Ley de Contrato de Seguro, la Ley de Agencia, etc.).
3. Autonomía de la Voluntad
Las partes tienen una amplia libertad para pactar las cláusulas del contrato, dentro de los límites de la ley y el orden público. Esto significa que pueden adaptar el contenido del contrato a sus necesidades específicas, siempre que no infrinjan las normas imperativas.
4. Capacidad de las Partes
Los contratos mercantiles suelen celebrarse entre empresarios, comerciantes o profesionales con capacidad legal para contratar. En algunos casos, un particular puede ser una de las partes, siempre que la actividad tenga un carácter mercantil.
5. Formalidad
Aunque muchos contratos mercantiles pueden celebrarse de manera verbal, es recomendable formalizarlos por escrito para garantizar mayor seguridad jurídica. Algunos contratos, como los de seguro o leasing, deben formalizarse obligatoriamente por escrito.
6. Objetivo Lucrativo
A diferencia de los contratos civiles, los contratos mercantiles están orientados a la generación de un lucro o beneficio económico. Este carácter lucrativo es una de las principales motivaciones para las partes involucradas.
7. Comercialidad de las Obligaciones
Las obligaciones derivadas de un contrato mercantil están directamente relacionadas con la actividad empresarial o comercial. Por ejemplo, la obligación de entregar mercancías, prestar servicios, pagar un precio, etc.
8. Responsabilidad Contractual
En caso de incumplimiento de las obligaciones pactadas, las partes pueden enfrentarse a responsabilidades contractuales, que incluyen el pago de indemnizaciones, penalizaciones, o incluso la resolución del contrato.
9. Extinción del Contrato
Un contrato mercantil puede extinguirse por diversas causas, como el cumplimiento de las obligaciones, el mutuo acuerdo de las partes, la imposibilidad de cumplir el contrato, el incumplimiento de alguna de las partes, o el vencimiento del plazo estipulado.
10. Resolución de Conflictos
Los contratos mercantiles suelen prever mecanismos para la resolución de conflictos, como el arbitraje o la mediación. Estos métodos alternativos de resolución de disputas son comunes para evitar largos procesos judiciales. En ausencia de tales mecanismos, las partes pueden acudir a los tribunales.
11. Actos Habituales y Específicos
Los contratos mercantiles pueden ser habituales (como la compraventa de mercancías o el transporte) o específicos (como el contrato de franquicia o de agencia). La elección del tipo de contrato depende de la naturaleza de la transacción comercial.
12. Riesgo Comercial
En los contratos mercantiles, las partes asumen riesgos comerciales, como fluctuaciones de precios, incumplimiento de proveedores o cambios en el mercado. Estos riesgos suelen ser inherentes a la actividad empresarial y son gestionados mediante cláusulas contractuales que limitan o reparten responsabilidades.
Tipos de contrato mercantil
En el ámbito del derecho mercantil, existen diversos tipos de contratos mercantiles que regulan diferentes aspectos de las actividades comerciales y empresariales.
- Contrato de compraventa. Es un contrato en el que una de las partes (vendedor) se obliga a entregar una mercancía a otra (comprador) a cambio de un precio. Es uno de los contratos mercantiles más comunes, especialmente en el comercio de bienes y productos.
- Contrato de transporte. Regula el traslado de mercancías o personas de un lugar a otro a cambio de un precio. Puede referirse al transporte terrestre, marítimo o aéreo.
- Contrato de agencia. Un empresario (principal) encarga a un agente la promoción de negocios en su nombre y por su cuenta de manera continuada, a cambio de una remuneración. Es un contrato que se utiliza para expandir la red comercial de una empresa.
- Contrato de distribución. Un proveedor cede a un distribuidor el derecho de comercializar sus productos en una determinada zona o mercado. A diferencia del contrato de agencia, el distribuidor actúa en su propio nombre y asume el riesgo de la venta.
- Contrato de franquicia. Un franquiciador cede a un franquiciado el derecho de explotar su marca, productos y know-how en un territorio determinado, a cambio de una contraprestación económica. Este contrato es común en sectores como la hostelería y la restauración.
- Contrato de Leasing (arrendamiento financiero). Es un contrato mediante el cual una entidad financiera cede el uso de un bien a un cliente, con la opción de compra al final del período de arrendamiento. Es común en la adquisición de maquinaria, vehículos y otros activos empresariales.
- Contrato de factoring. Una empresa cede sus derechos de cobro (facturas) a una entidad financiera (factor), que se encarga de gestionar el cobro y, en algunos casos, asumir el riesgo de impago. Este contrato permite a las empresas obtener liquidez inmediata.
- Contrato de Seguro. El asegurador se compromete a indemnizar al asegurado en caso de que ocurra un siniestro previsto en la póliza, a cambio del pago de una prima. Es un contrato esencial en la gestión de riesgos comerciales.
- Contrato de Joint Venture. Es una alianza estratégica entre dos o más empresas que se asocian para llevar a cabo un proyecto conjunto, compartiendo riesgos, beneficios y recursos. Este tipo de contrato es común en proyectos internacionales o de gran envergadura.
- Contrato de Sociedad. En este contrato, dos o más personas se asocian para realizar una actividad empresarial o comercial con el objetivo de obtener un beneficio común. Es la base jurídica para la creación de sociedades mercantiles.
- Contrato de Comodato. En este contrato, una de las partes entrega a la otra un bien de manera gratuita para su uso, y la parte que lo recibe se obliga a devolverlo una vez finalizado el contrato.
- Contrato de Préstamo. En este contrato, una de las partes (prestamista) entrega a la otra (prestatario) una cantidad de dinero u otros bienes fungibles, con la obligación de devolverlos en el plazo acordado. Es común en la financiación de proyectos empresariales.
- Contrato de Obra o Prestación de Servicios. Es un contrato en el que una parte (contratista) se compromete a realizar una obra o prestar un servicio a cambio de un precio acordado. Es frecuente en actividades como la construcción, consultoría, o desarrollo de software.
Diferencias entre el contrato mercantil y el contrato laboral
Las diferencias entre un contrato mercantil y un contrato laboral son significativas, ya que regulan relaciones jurídicas diferentes y tienen implicaciones distintas tanto para las partes involucradas como para el marco legal aplicable. A continuación, se exponen las principales diferencias entre ambos tipos de contratos:
1. Naturaleza de la Relación
- Contrato Mercantil: Regula relaciones comerciales entre empresas o entre un empresario y un profesional independiente (autónomo). No existe una relación de subordinación entre las partes; ambas actúan en igualdad de condiciones, y el objetivo es la prestación de un servicio o la compraventa de bienes.
- Contrato Laboral: Regula la relación entre un empleador y un trabajador, en la cual el trabajador presta servicios personales y dependientes a cambio de una retribución. Existe una relación de subordinación, ya que el trabajador está bajo la dirección y control del empleador.
2. Normativa Aplicable
- Contrato Mercantil: Está regulado principalmente por el Código de Comercio y, en su defecto, por el Código Civil. También puede estar sujeto a leyes especiales dependiendo del tipo de contrato (como la Ley de Agencia o la Ley de Contrato de Seguro).
- Contrato Laboral: Está regulado por el Estatuto de los Trabajadores y demás normativa laboral, incluyendo convenios colectivos, reglamentos internos y otras disposiciones específicas del derecho laboral.
3. Dependencia y Subordinación
- Contrato Mercantil: No existe dependencia ni subordinación. Las partes actúan con autonomía y libertad para organizar su actividad, decidir cómo y cuándo prestar los servicios o entregar los bienes, sin seguir instrucciones continuas de la otra parte.
- Contrato Laboral: Existe una relación de subordinación y dependencia. El trabajador está obligado a seguir las instrucciones y directrices del empleador, quien tiene el poder de organización y control sobre cómo se realiza el trabajo.
4. Riesgo Económico
- Contrato Mercantil: El profesional independiente o empresa asume el riesgo económico de la operación. Esto significa que si no se generan ingresos, no se perciben beneficios. Además, el autónomo o la empresa son responsables de cubrir sus propios gastos y obligaciones fiscales.
- Contrato Laboral: El trabajador no asume el riesgo económico. Recibe un salario fijo o variable según lo pactado en el contrato, independientemente del resultado económico de la empresa. Además, el empleador es responsable de las obligaciones fiscales y de seguridad social del trabajador.
5. Duración y Extinción
- Contrato Mercantil: La duración y extinción del contrato mercantil dependen de lo que las partes hayan pactado. Puede ser por tiempo determinado, indefinido o para una actividad específica. No existe un régimen específico de indemnización por finalización del contrato, salvo lo que se haya acordado en el contrato.
- Contrato Laboral: Tiene un régimen más rígido en cuanto a su duración y extinción. Existen contratos temporales y contratos indefinidos, y el despido de un trabajador debe ajustarse a las causas establecidas en la ley, pudiendo dar lugar a indemnizaciones.
6. Fiscalidad
- Contrato Mercantil: El autónomo o empresario emite facturas por los servicios prestados o bienes entregados y es responsable de liquidar sus impuestos (IVA, IRPF, etc.) y cotizaciones. Puede deducir ciertos gastos en su declaración fiscal.
- Contrato Laboral: El trabajador recibe su salario neto, después de que el empleador ha retenido y pagado a la administración los impuestos (IRPF) y las cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes. No puede deducir gastos directamente en su declaración de impuestos.
7. Finalidad
- Contrato Mercantil: La finalidad principal es la obtención de beneficios mediante la realización de actividades comerciales, empresariales o profesionales, sin que exista una relación laboral subordinada.
- Contrato Laboral: La finalidad es la prestación de un trabajo personal y subordinado a cambio de una remuneración fija, con los derechos y obligaciones que ello conlleva en el marco del derecho laboral.
Ventajas del contrato mercantil
El contrato mercantil ofrece una serie de ventajas tanto para la empresa o cliente como para el profesional autónomo o proveedor. Estas ventajas están relacionadas con la flexibilidad, la autonomía y la eficiencia que este tipo de contrato proporciona en las relaciones comerciales.
- Flexibilidad en la relación. En un contrato mercantil, las partes tienen mayor libertad para organizar su actividad y cumplir con las obligaciones pactadas sin estar sujetas a horarios estrictos ni a un control continuo por parte de la otra parte. Esto permite una mayor autonomía en la gestión del tiempo y los recursos. Las condiciones del contrato, como el precio, plazos de entrega y formas de pago, pueden negociarse libremente, lo que permite adaptar el contrato a las necesidades y capacidades de ambas partes.
- Menor carga administrativa y de gestión. Al no estar sujetos a las normativas laborales, los contratos mercantiles suelen implicar menos trámites administrativos, como el control de horarios, gestión de vacaciones o cumplimiento de convenios colectivos.
- Facilidad en la Extinción del Contrato: La terminación del contrato mercantil es más sencilla y menos costosa que en un contrato laboral, ya que no está sujeta a las normativas laborales de despido, indemnizaciones obligatorias o preavisos prolongados, salvo lo pactado en el propio contrato.
- Pagos por Resultados: En muchos contratos mercantiles, el pago se realiza por la prestación efectiva del servicio o la entrega de un producto, lo que permite a la empresa ajustar sus gastos a los resultados obtenidos, optimizando así su estructura de costes.
- Acceso a Profesionales Especializados: Las empresas pueden contratar servicios especializados de manera puntual o continua, sin necesidad de incorporar a un trabajador en plantilla. Esto es especialmente útil cuando se requiere experiencia en un área concreta o un servicio específico que no justifica una contratación permanente.
- Adaptabilidad a la Demanda: Los contratos mercantiles permiten a las empresas adaptarse rápidamente a cambios en la demanda, contratando servicios o productos solo cuando son necesarios, lo que es particularmente útil en sectores con fluctuaciones estacionales o proyectos temporales.
- Multiplicidad de Clientes: Un profesional autónomo o una empresa puede trabajar simultáneamente con varios clientes, diversificando su cartera y reduciendo la dependencia de un solo cliente o proyecto. Esto les permite tener mayor control sobre su estabilidad financiera y su desarrollo profesional.
- Ampliación de Red de Contactos: Al trabajar en diferentes proyectos y con diversas empresas, los profesionales y autónomos tienen la oportunidad de expandir su red de contactos, lo que puede abrir puertas a nuevas oportunidades de negocio.
- Trabajo Remoto y Freelance: El contrato mercantil se adapta muy bien a las nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo o el trabajo freelance, donde la localización y el horario no son tan relevantes como la calidad y el cumplimiento de los objetivos.
El contrato mercantil ofrece una serie de ventajas tanto para empresas como para profesionales independientes, especialmente en términos de flexibilidad, ahorro de costes, eficiencia y autonomía. Para las empresas, permite acceder a servicios especializados sin los compromisos y costes de una relación laboral tradicional. Para los autónomos, brinda la oportunidad de gestionar su propio negocio, con mayor control sobre su actividad y posibilidad de diversificar su cartera de clientes.
¿Cómo podemos ayudarte?
Prepararse adecuadamente para garantizar tu gestión empresarial puede minimizar el estrés y ayudar a evitar problemas. Siguiendo estos pasos, puedes asegurarte de que estás bien preparado. Si tienes dudas o necesitas ayuda adicional, no dudes en contactar a un asesor laboral profesional.
Contacta a Expertos: Si necesitas asistencia personalizada, contacta a nuestros expertos en servicios fiscales y laborales. Podemos ayudarte a iniciar el proceso, preparar la documentación necesaria y representarte.